07 de abril de
2014
La
voz de la experiencia
Gonzalo
Bernal
Atormentadamente
incongruentes
Cada acción que
realizamos es un voto a favor de una idea que modela las sociedades y los
asentamientos en que vivimos. Darnos cuenta de esto es enfrentar nuestra
responsabilidad como ciudadanos, lo cual conlleva necesariamente ser coherentes
entre lo que pensamos y lo que hacemos. Cumplir con este compromiso con uno mismo puede parecer fácil y hasta
evidente, pero si se analiza con mayor profundidad podremos descubrir que no es
así.
Hemos decidido votar a
favor de la metropolización de nuestra ciudad en base al establecimiento de
industrias trasnacionales. Lo hemos hecho cuando formamos a los jóvenes para
ocupar los puestos más bajos y peor pagados de estas empresas, cuando especulamos con los extranjeros que
están llegando y permitimos que se aglomeren en fraccionamientos cuyo contacto
con la mancha urbana es mínimo, cuando compramos productos importados o productos
locales a un precio que favorece a los grandes supermercados foráneos. Si bien
apoyar estas conductas no es la única forma de integrarse al mercado local, sí
es una de las más importantes económicamente. Las pocas oportunidades laborales
nos han orillado a elegir el beneficio personal sobre el bien común, sobre una
urbe que nos ofrecería una mejor calidad de vida en la que podríamos respirar
aire limpio, ahorrar más dinero, caminar o andar en bicicleta de manera segura,
tener una mejor alimentación apoyando al mismo tiempo a los productores locales,
activarnos físicamente, reducir el tiempo de nuestros traslados, tener un
transporte público decente.
Definitivamente,
rechazar la dispersión de los asentamientos urbanos es una decisión
inteligente, pero se aleja de volverse realidad si con nuestras prácticas
respaldamos lo contrario, si no somos consistentes. Sabernos incongruentes puede
resultar en una conciencia atormentada e ignorar las implicaciones de nuestros actos sobre la sociedad en que
vivimos es con frecuencia sinónimo de tranquilidad. ¿Qué es preferible? Depende
de cada uno de nosotros.
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